Frasezaca del día

En un beso, sabrás todo lo que he callado.
Pablo Neruda.

lunes, 2 de agosto de 2010

¿Música? Sí, por favor.

Bonito plan el que me aconteció el pasado sábado. Viaje con mi primo Manu hasta un precioso paraje en Hoyos del Espino (Ávila) a disfrutar de la quinta edición de "Músicos en la naturaleza". Sabíamos a lo que íbamos. El maestro de la guitarra y ex-Dire Straits, Mark Knopfler, y después y no por ello menos importante, Arizona Baby.

Desgraciadamente nos pilló un poco el toro y llegamos con el concierto de Mark Knopfler sonando. Lo justo para no poder escuchar en directo uno de los temazos de su nuevo disco, Border Reiver. A pesar de ello, fuimos directos a por un zumito de cebada y a disfrutar del recital. Como cabía esperar fue increible, cuidado al detalle, sin una nota en falso. El aporte de violín y flauta que caracteriza la carrera de Knopfler en solitario, terminaban de vestir la espectacular estampa que se nos presentaba en la Finca Mesegosillo. Solos de guitarra estirados al máximo e introduciendo novedades, rompiendo con la mera repetición de las versiones de los discos. Fue por problemas de espalda por lo que tuvo que permanecer todo el concierto sentado. Sí que se echaba un poco en falta algo más de movimiento sobre el escenario.

Al finalizar el concierto principal y con la inexplicable retirada de la gente, comenzaba el concierto de los Arizona Baby. Esperado para nosotros, ya que todavía quedaban ganas de mover las caderas con los ritmos sincopados del trío de ases de Valladolid. No defraudaron para nada. Los que nos quedamos lo disfrutamos y Javi supo ganarse a un público un pelín perezoso. Tuvo momentos destacables. La "sordera" del técnico a la hora de controlar el volumen de monitores, por lo que Javi tuvo que insistirle una y otra vez. Además de esto, la inoportuna rotura de una cuerda. ¿Problema? ¿Dónde? Este vaquero tiene a dos buenos para cubrirle las espaldas. Rubén y Marcos supieron mantenernos entretenidos mientras la guitarra rítmica se recuperaba de su "percance".Dejando estos hechos como anécdotas, el concierto animado como siempre y la interacción con el público estupenda. ¡Gracias fenómenos!


En definitiva una buena noche de conciertos en mitad de un paraje precioso. Ahora solo queda esperar que los encargados de hacerlo, se ocupen de que todo vuelva a la normalidad y quede limpio, evitando al máximo el impacto que 11.000 personas puedan ocasionar. Esperando volver me despido.

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