Cada día.

Un año me parece una unidad de medida demasiado grande para medir alegrías y experiencias, porque así a menudo sensaciones que podrían aportarnos mucho y quedarnos marcadas, quedan eclipsadas por otras que por hache o por be destacan más.

Hace tiempo aprendí a no hacerme propósitos en el último día (o el primero) del año, no felicitar a mi gente durante estos días, no esperar a quedar a tomar algo con mis amigos al terminar los trescientos sesenta y cinco días, en el orden que nos marca el calendario, no limitarme a disfrutar e intentar ser mejor persona en Navidad. Y os aseguro que me siento mucho más feliz queriendo a mi familia, ayudando a quien lo necesita, abrazando a mis amigos, celebrando, aprendiendo, mejorando, recordando, caminando con paso firme y en definitiva, viviendo...

...¡CADA DÍA!

Buscando charcos.

"Como dos gotas de agua, de distintas nubes."

Tantas nubes, tantas gotas... Quiero ver llover y emborrachar mis sentidos con olores, roces y miradas. Sin esperar a que escampe. Regocijarme cuando comience a chispear, contando cada gota hasta que llegue el aguacero. Saltar en los charcos despojado de las cadenas de la decencia y el rubor. Reaccionar, blanquear la mente, desaprender, fluir como fluyen esas gotas, que tras golpear el suelo, se rearman para formar una nueva masa que continúe el ciclo. Aprender. Valorar. Compartir. VIVIR.

En mi bolsillo.

No fue lo que buscabas lo que llenó tus arcas. 

No fue lo que ansiabas lo que te hizo persona.

Las dudas te hicieron humano

y los gestos pecador.

Todo alma tiene su viraje,

todo cuerpo su razón.

Por la naturaleza.

El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envió en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington. A cambio, prometía crear una "reserva" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855 con la carta (dictada, ya que no sabía escribir) que dejo a continuación. Qué pena comprobar lo lejos que estamos nosotros de esos hermosos sentimientos.

UBUNYE

Polvo de harina del mismo costal.
Un puño cerrado haciendo fuerza.
Enjambre de abejas forjando un panal.
Hormigas construyen castillos de tierra.












Gotas que unidas fluyen al mar.
Brillantes estrellas anochecen revueltas
en lucha constante con la oscuridad,
inventando historias por si te despiertas.

Pelele de paja no puede espantar
a cuervos ingenuos si van en bandada.
No sirve de nada remar sin parar
estando quebrado un remo de la barca.

Sueño despierto.

¿Y si buscar en la penumbra, el haz de 

luz que más alumbra, no era para ti?

Motas de polvo danzando en torno a 

iconos rancios y faltos de moral. 

Inútil es la búsqueda cuando no sabes 

qué buscar, ¿compañía o soledad?

En una de mis duermevelas descubrí la 

realidad, sin precio ni trileros.

Lo que ilumina las yemas de nuestros 

dedos son los sueños y,

salir a la deriva sin temer a la oscuridad 

es como soñar despierto. 

¿Y si nunca pensaste encontrar en vigilia 

lo que anhelabas durmiendo?