Frasezaca del día

En un beso, sabrás todo lo que he callado.
Pablo Neruda.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Curioso descubrimiento: Gil de Biedma.

Mientras leía un libro me he encontrado con una referencia al poema que pongo a continuación.  Se trata de una sextina de Jaime Gil de Biedma y su estructura es, además de poco usual, realmente compleja. Consta de seis estrofas con seis versos endecasílabos cada una y las terminaciones son siempre las mismas. Además la última terminación de una estrofa, es la primera de la siguiente. Para finalizar, se remata con tres versos que contienen, cada uno, dos de las terminaciones.

Además de haberme parecido una genialidad, la temática es muy acorde a los tiempos que corren, a pesar de haber sido escrito a finales de 1961 o principios de 1962.


¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sé que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que le han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.















Por si queda alguna duda de su capacidad de análisis de la sociedad española de entonces (y en parte aplicable a la de ahora), he aquí otro escrito de Gil de Biedma:

“Parece que España, que es un país feudal que no ha tenido feudalismo, y un país burgués que jamás ha hecho la revolución burguesa, se prepara a ser un país neocapitalista sin gran capitalismo. Vamos a la economía de consumo, pero de un consumo mínimo: nuestro porvenir consiste en convertirnos en el menos desarrollado de los países desarrollados. Es decir: adquiriremos nuevas miserias y nuevos defectos sin perder ninguno de los antiguos”.

1 comentario:

  1. Gil de Biedma lo conocí yo por "obligación", en una asignatura del año pasado, y me encantó, me emocionó, y empecé a investigar un poco sobre él, (hasta entonces no sabía que era tío de Espe!)
    En una de las crisis que tuvo, ecribe contra sí mismo,llegando a "asesinar" a su yo poético.

    TREMENDOOOOO

    Poema Contra Jaime Gil De Biedma
    de Jaime Gil de Biedma

    De qué sirve, quisiera saber, cambiar de piso,
    dejar atrás un sótano más negro
    que mi reputación ?y ya es decir-,
    poner visillos blancos
    y tomar criada,
    renunciar a la vida de bohemio,
    si vienes luego tú, pelmazo,
    embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
    zángano de colmena, inútil, cacaseno,
    con tus manos lavadas,
    a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
    Te acompañan las barras de los bares
    últimos de la noche, los chulos, las floristas,
    las calles muertas de la madrugada
    y los ascensores de luz amarilla
    cuando llegas, borracho,
    y te paras a verte en el espejo
    la cara destruida,
    con ojos todavía violentos
    que no quieres cerrar. Y si te increpo,
    te ríes, me recuerdas el pasado
    y dices que envejezco.

    Podría recordarte que ya no tienes gracia.
    Que tu estilo casual y que tu desenfado
    resultan truculentos
    cuando se tienen más de treinta años,
    y que tu encantadora
    sonrisa de muchacho soñoliento
    -seguro de gustar- es un resto penoso,
    un intento patético.
    Mientras que tú me miras con tus ojos
    de verdadero huérfano, y me lloras
    y me prometes ya no hacerlo.

    Si no fueses tan puta!
    Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
    que tú eres fuerte cuando yo soy débil
    y que eres débil cuando me enfurezco…
    De tus regresos guardo una impresión confusa
    de pánico, de pena y descontento,
    y la desesperanza
    y la impaciencia y el resentimiento
    de volver a sufrir, otra vez más,
    la humillación imperdonable
    de la excesiva intimidad.

    A duras penas te llevaré a la cama,
    como quien va al infierno
    para dormir contigo.
    Muriendo a cada paso de impotencia,
    tropezando con muebles
    a tientas, cruzaremos el piso
    torpemente abrazados, vacilando
    de alcohol y de sollozos reprimidos.
    Oh innoble servidumbre de amar seres hummanos,
    y la más innoble
    que es amarse a sí mismo!

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