Solo habita en la locura del cuerdo. La fosa cavada por el enterrador enfermo. Solo poder elegir la visión del tuerto, donde toda su voluntad es suplida por oído, olfato y tacto. Salir de tu rutina mística no es ningún esfuerzo si esa evasión la motiva una salida colectiva de tiesto. No hay más adonde buscar, donde todo está revuelto y nunca encontraremos borracho sin su bar abierto.
Con nocturnidad, alevosía y muchísima alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario