Me gusta la gente capaz de sentir, de llorar, abrazarte en medio de la tormenta cuando podría estar afuera disfrutando del sol. Me gusta perdonar y ser perdonado, porque equivocarse y disculparse es tan humano como tener ombligo. Me gusta estar tranquilo conmigo mismo, tener claro hacia dónde voy y conforme con lo que hago. Me gusta conocer gente. Es increíble las maravillas que puede uno encontrarse por ahí. Me gusta ser agradecido y consciente de las personas que me rodean, acordarme de los que ya no están. Me gustan los buenos momentos, olvidar los malos y aprender de ambos una y otra vez. Me gusta que me guste el hoy más que el mañana o el ayer. No me cansaré de decirlo: gracias por cada abrazo, beso, sonrisa, charla, consejo o cada simple segundo regalado.
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